Se
acerca la primavera, el resurgir de la mayoría de las flores y con
ello el pulular de muchos insectos. La polinización es un proceso
natural que consiste en la transferencia de polen desde los estambres
hasta el estigma, o lo que es lo mismo, el órgano receptivo de la
flor donde se produce el encuentro entre el polen y el ovulo dando
como resultado la fecundación que finalmente se traducirá en
producción de semillas y frutos.
Polinización
en una flor de cardo
Imagen de Nel Botha en Pixabay
Este
mecanismo de fecundación de las plantas, que leído así puede
parecer sencillo, con algunas plantas puede complicarse.
Concretamente,
en
aquellas especies
vegetales
cuyas flores presentan anteras especializadas con un pequeño poro
donde los insectos no pueden entrar y solo se permite la salida de
polen. Un mecanismo que utilizan las plantas para limitar la auto
fecundación y que exista la posibilidad de aumentar el vigor de las
futuras plantas descendientes.
Los
insectos polinizadores también tienen que ser específicos. No todos
pueden llevar a cabo esta función que supone la fecundación de un
porcentaje elevado de especies vegetales, pues para realizar la
polinización por vibración o zumbido los insectos deben realizar
una vibración determinada que provoca la salida del polen por el
poro de la antera. Esta labor de polinización por vibración esta
reservada a abejorros
y un
cierto tipo
de abejas.
Llegar
a este tipo de consonancia entre insectos y flores es
gracias a
un proceso coevolutivo donde las flores de estas plantas
evolucionaron a unas anteras con una arquitectura singular y, a su
vez, los
abejorros desarrollaron una anatomía concreta, así como, un tipo de
movimiento que permitía extraer el polen de las flores de este tipo
de plantas.
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Esto
ha provocado una situación natural en la que se ha creado una
especie de “club privado” donde estos insectos selectos pueden
acceder a una alimentación exclusiva, que además les confiere una
ventaja con respecto al resto de insectos. Si visualizamos una
pradera en primavera, toda llena de flores, veremos muchos insectos
pugnando por llevarse el mayor polen posible. Los abejorros escapan
de esta competencia porque tienen una serie de flores a los que solo
ellos pueden acceder y arrebatarles el polen. La exclusividad que
proporciona la polinización por vibración es tal que incluso solo
ciertos tipos de abejas pueden realizarla.
Quizás
pienses que esto no va mucho contigo, pues sigue habiendo un gran
número de flores e insectos que continúan realizando otros tipos de
polinización. Pero lo cierto es que muchos de los cultivos de los
que nos alimentamos dependen de los abejorros para poder ser
polinizados y que den sus frutos. Es más, como el
número
de abejorros se ve afectado
por el uso de insecticidas, el cambio climático y la actividad
humana, es necesario la suelta de nuevos
individuos criados en laboratorio para poder completar la población
necesaria para realizar la polinización por vibración.
Y
como lo mejor es observar este proceso para poder ver con claridad en
que consiste, termino este artículo con un vídeo de Deep
Look
que nos muestra la polinización por vibración o zumbido realizada
por abejorros.
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