El tema de los nombres quedamos a las plantas da mucho que hablar. Si en su día comentamos acerca del asiento de suegra (Echinocactus grusonii), hoy le vamos a ceder el protagonismo a otra especie vegetal ¡Qué no pasa desapercibida! Se trata de candelabro (Euphorbia candelabrum), una majestuosa planta muy recurrente en el diseño de jardines de estilo árido.
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Detalle de Euphorbia candelabrum
Imagen de Kenraiz en wikimedia commons
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Euphorbia candelabrum es uno de los cactus que más se han utilizado en jardinería, más allá incluso del jardín de cactáceas y suculentas. Aunque siendo correctos, tenemos que decir el candelabro de jardín es en realidad realidad un árbol, pero en la práctica de la jardinería lo tratamos como si fuera un cactus.
Es más, se trata de un árbol o planta suculenta que alcanza un gran tamaño, sin embargo recientemente se empiezan a utilizar en decoración de interiores cultivado en contenedor gracias a su lento crecimiento. Las últimas tendencias en macetas y contenedores de estilo contemporáneo, unidas al singular porte de Euphorbia candelabrum, consiguen otorgar un estilo minimalista al aspecto de un espacio interior.
Candelabro es una planta ornamental que, a diferencia de las cactáceas utilizadas en jardinería y que proceden de los territorios centrales de América, es de origen africano. No obstante las necesidades de cultivo son similares a los cactus. En este sentido, hay que extremar la precaución en el mantenimiento de candelabro cuando le realizamos un corte por cualquier motivo, pues su savia es un látex de consistencia densa y aspecto lechoso que es tóxica.
Pero no nos vamos a quedar solo con lo negativo de esta planta. Y quizás no sea la más ornamental, pero la floración primaveral de color amarillo que se forma al final de los tallos de candelabro, contribuyen a dar dinamismo al jardín.
Como es una especie vegetal que necesita exposición soleada, en interior debemos cultivarla en un lugar muy bien iluminado y con abundante ventilación. El riego debe ser moderado en primavera y verano hasta llegar a ser inexistente en otoño e invierno.
El nombre “candelabro” hace referencia a la manera que tienen de desarrollarse las ramas en ángulos y porciones aproximadamente rectilíneos, como si se tratase de un cambio brusco en su crecimiento. Pero cuando llegan a su tamaño máximo, su apariencia es la de un árbol con la copa en forma de triangulo invertido. Para restarle aún más curvatura, las ramas de E. candelabrum se pliegan hacia su eje central en cuatro caras, cuyos bordes están surcados de espinas.
La naturaleza cartesiana de ángulos y rectas, de estructura vectoriana de ramas, se repite en los cactus del género Cereus. Este nombre proviene del latín y significa “cirio o vela”. Así pues, en el nombre encontramos otro aspecto común que el candelabro tiene con los cactus.
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Euphorbia candelabrum
Imagen de Frank Vicentz en wikimedia commons
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