El cultivo de planta ornamental es casi tan antiguo como lo es la propia agricultura. Cuando comenzaron a cultivarse plantas para producir alimentos, también se usó el material vegetal para obtener otros productos. Desde pigmentos para pintar en cuevas hasta el uso de la fibra vegetal para construir distintos tejidos. Incluso, se han cultivado plantas para realizar ofrendas florales y vegetales que han traspasado el uso meramente práctico para dar a las plantas un uso decorativo relevante ya sea en un altar o en un hogar.
Frutos y hojas de níspero
Según estudios realizados, la agricultura surge en el holoceno. El cambio de la vida nómada a la vida sedentaria se debe a nuevas circunstancias en los hábitos de la humanidad. Ya no es necesario huir o estar en continuo movimiento para sobrevivir, ahora la protección se encuentra en los refugios y, con los años, en los lugares protegidos mediante un muro o muralla. Esta nueva situación lleva la domesticación de las plantas; ya no se depende de lo que provee la naturaleza y se empieza a controlar distintas fases de los cultivos. El resultado es un proceso de selección que nos ha llevado a la obtención de las especies vegetales que más nos han interesado por su capacidad de producción o por su valor ornamental.
Es cierto que, en algunas culturas, la ambigüedad de usos no estaba del todo definida. La palabra jardín es una palabra de origen francés que surgió hace relativamente pocos siglos atrás en la historia. En la antigüedad podíamos encontrar espacios verdes con plantas que eran usadas tanto para dar de comer gracias a sus frutos, como para dar belleza con sus flores. Antes del jardín existía un tipo de espacio verde en el que entraban en juego todos los sentidos (vista, olfato, tacto, gusto y oído), pues estaba destinado a ser disfrutado con total plenitud. Hoy en día, en jardines y parques encontramos plantas meramente ornamentales o cuyos otros usos han caído en el olvido. Quizás el ejemplo más llamativo sea el del Níspero (Eriobotrya japonica), una especie arbórea muy utilizada como ornamental y con un fruto comestible que es comercializado, dato que es desconocido para muchas personas. O el cultivo del Naranjo Amargo (Citrus aurantium), un árbol de tamaño medio utilizado en alineación de calles y de cuyo fruto se obtiene mermelada.
En cualquier caso, sean utilizadas con un uso práctico o con un uso decorativo, las plantas ornamentales ocupan un lugar muy importante en la construcción de la ciudad verde actual. La Smart City (Ciudad Inteligente) promueve la creación de entornos urbanos basados en el desarrollo sostenible, con corredores verdes interconectados donde todas las plantas contribuyen a crear ambientes saludables. Los beneficios de las plantas son muchos: Captación y fijación de CO2 atmosférico, disminución del efecto “isla de calor”, equilibrio en la variación de temperatura, evitan la erosión del suelo, ocupan y naturalizan espacios degradados, etc. Una serie de beneficios que le confieren a la planta ornamental un valor que va más allá de lo decorativo.
SmartCity
Otras lecturas recomendadas:
El jardín del Rey Loco de Baviera y el inicio de la iluminación eléctrica en espacios verdes
Espero que te haya parecido interesante. Si es así, te animo a dejar tu comentario y compartir este artículo ¡Gracias!
Responder a unjardinsostenible Cancelar la respuesta