Exceptuando extremos, en la mayoría de los casos, las plantas en apariencia soportan muy bien las condiciones de temperatura y humedad ambiente cuando sobrepasan los límites naturales a las que se encuentran adaptadas. Pero lo cierto es que las plantas poseen una singular “memoria” que les recuerda que esas condiciones no son las idóneas y nunca recuperan el vigor que poseían antes de producirse el estrés que las perjudicó.
Las distintas especies vegetales que tenemos en casa o en el trabajo, pertenecen a un rango de temperatura y humedad que les es favorable en función de la climatología de su lugar de origen. No es una cifra exacta, oscila entre un número mínimo y otro máximo, pero a partir de ahí la planta empieza a sufrir daños. Puede que no se aprecien a simple vista, pero en su interior la planta tiene daños. Este es uno de los motivos que hace que diseñemos espacios verdes con especies vegetales de similares características con respecto a sus necesidades de temperatura y humedad.
Conocer los valores exactos de temperatura y humedad nos ayuda a evitar que las plantas sufran por unas condiciones ambientales que no le son propicias.
La temperatura ambiente se debe al calentamiento que se produce por efecto de la radiación solar. Varia en función de la estación del año, de la hora del día y de la latitud donde nos encontramos. La temperatura influye directamente en el crecimiento y desarrollo de los tejidos vegetales. A mayor temperatura, mayor sera la creación de tejidos, mientras que una baja temperatura hace que la planta entre en latencia y deje de crecer. También interviene en procesos fisiológicos vitales de los vegetales como son la germinación, respiración, transpiración, la fotosíntesis, así como, absorción de agua y nutrientes.
Si la temperatura está por encima del máximo de límite que soportan las plantas, se aceleran todos los procesos biológicos haciéndose necesario un mayor aporte de nutrientes y agua para poder realizar sus funciones vitales. Cuando no se satisfacen, las plantas sufren estrés hídrico. En cambio, una temperatura por debajo del límite que admiten, hace que los tejidos de las plantas no se desarrollen. Además, aunque la fotosíntesis no se detiene por baja temperatura, el proceso deja de ser eficiente y no es de calidad.
La humedad es el vapor de agua que se encuentra fluyendo en el aire ambiente. Habrá una mayor humedad en el aire cuando nos encontramos en lugares cercanos a grandes superficies de agua y en lugares de elevada pluviometría. La humedad también está directamente relacionada con la temperatura, pues el aire posee capacidad para admitir vapor de agua. El aire caliente alberga más vapor y el el aire frío menos.
La humedad interviene en la transpiración de las plantas, concretamente en el proceso de circulación del agua desde el suelo cuando es absorbida por el sistema radicular hasta que es expulsada a la atmósfera en forma de vapor a través de los estomas de las hojas. La humedad del aire regula esta salida de vapor y, por tanto, exceder los valores que admite puede afectar a la circulación del agua en el interior de la planta.
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