Un jardín que lleva a ninguna parte

El ritmo frenético de nuestras vidas nos impide muchas veces pararnos a disfrutar de los detalles. A mi me pasa. Trabajo en jardines, me paso el día rodeado y pensando en plantas, pero el frenesí por acabar, pensar en lo siguiente, en el futuro, sin detenerme a reflexionar sobre lo que observo o donde me hallo, hace que me pierda el momento. Olvido que un jardín es un lugar de ocio, para el disfrute, un lugar que lleva a ninguna parte, pues, en realidad, ya he llegado al lugar en el que quiero (necesito) estar.

Parque © Jennifer C.

¿Dónde queda el ajetreado vuelo de los polinizadores? ¿Qué ocurrió con la policromía otoñal de los árboles? ¿Por qué está eclipsada la belleza primaveral de las flores? ¿Cuándo fue la última vez que fui a un jardín, parque o paisaje natural por el simple hecho de estar allí?

Abeja polinizando © nutmeg66

Muchas preguntas que me hago y soy consciente de que muchas veces no es asequible la posibilidad de visitar un espacio verde. Para empezar porque debería existir cantidad apropiada de superficie ajardinada pública en las ciudades por habitante. Y éstas, además, deben tener un trabajo de mantenimiento óptimo al menos digno. No vale un terreno degradado o descampado como superficie verde. Por supuesto, para finalizar, estos lugares tienen que estar conectados entre sí con una infraestructura verde a través de arbolado de viario y bulevares ajardinados.

Arbolado urbano © Ilirjan Rrumbullaku

Otro factor que influye para que un jardín permanezca distante, casi invisible, son las pantallas. Y no me refiero a las pantallas vegetales que se utilizan como recurso en el diseño de jardines para establecer límites estéticos, visuales y acústicos. Me refiero a las pantallas de dispositivos electrónicos que se interponen entre lo real y los ojos, mostrando una recreación digital del espacio verde.

Margarita africana © Jardines Que Me Gustan

Internet, las redes sociales, son una herramienta útil, pero también poseen un lado negativo que puede llegar a ser casi destructivo. Y es que, por un lado, existe una vorágine de postureo que arrastra hacia una gran cantidad de información en gran mayoría irrelevante para cualquier inquietud vital y, por otro lado, tenemos la inmediatez, compartir y consumir información fast food que no aporta ni enriquece absolutamente nada. Éste es el entorno digital actual y que es némesis del entorno natural. Hace tiempo que se abandonó el período de reflexión, aunque sea breve. No quedan ni cinco minutos para saborear la experiencia o dejarse conmover por una hermosa flor o un paisaje cautivador.

Sendero © Jardines Que Me Gustan

Se que no es justo generalizar. Todo el mundo no es así y no todos están atrapados en estas dinámicas. Qué envidia. Lo cierto es que también abundan ejemplos a seguir. Personas que buscan la simplicidad de las cosas, la sencillez del paisaje sin postureo ni inmediatez.

Coloración otoñal de acacia de tres espinas © Jardines Que Me Gustan

Espejos en el que reflejarse y que muestran un sendero que invita a introducirse, sorprenderse y reencontrarse con esa sensación pueril de descubrir las cosas por primera vez.

Donde encontrar un jardín que lleva a ninguna parte

Vale un espacio verde dignamente cuidado y mantenido. Bien puede ser un jardíncillo de barrio, un parque del vecindario, una alameda ajardinada,… No tiene que ser el típico parque urbano famoso plagado de turistas, pues incluso en los lugares más modestos podemos encontrar detalles significativos, hermosos o curiosos, a los que podemos llegar a través de una avenida poblada con variedad de frondosos árboles.

Pavimento cubierto con hojas del arbolado urbano © Jardines Que Me Gustan

Lo importante en estos jardines es ser capaz de detenerse y ser consciente del espacio que nos rodea. Deambular sin rumbo o sentarse en un lugar tranquilo. Deleitarse con el ajetreado pulular de las abejas, contemplar la suave caída de hojas ocres y amarillas, quedar cautivado por la belleza de la floración de los lirios y volver a descubrir un lugar previamente conocido, aunque no lleva a ninguna parte.

Jardín de barrio © Jardines Que Me Gustan

Otras lecturas recomendadas:

La clasificación difusa de las especies

El jardín púrpura

Espero que te haya parecido interesante. Si es así, te animo a dejar tu comentario y compartir este artículo ¡Gracias!


Comentarios

2 respuestas a «Un jardín que lleva a ninguna parte»

  1. Avatar
    Lola Martínez

    Hola José Luis.
    Totalmente de acuerdo contigo, observar con tiempo lo que nos rodea es algo maravilloso y ahora que ando tan escasa de tiempo me doy cuenta de ello. Excelente posts. Un abrazo.

    1. José Luis

      Hola Lola. Cuesta no dejarse llevar por la vorágine de lo supuestamente urgente y esto nos lleva, en ocasiones, a errores al priorizar. No detectamos lo que realmente necesitamos en cada momento. Un abrazo fuerte.

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José Luis
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