Las euforbias son plantas ornamentales frecuentes en jardinería. Un variado universo vegetal dentro del cultivo de planta ornamental que alberga especies de árboles, arbustos y herbáceas, pero del que tal vez desconozcas la toxicidad que poseen.
Euforbia © Jocelyn Erskine Killie
Pues bien, las euforbias producen una savia lechosa llamada látex que utilizan para evitar el ataque de su depredador principal: los animales herbívoros. Se trata de un fluido blanco que posee efectos irritantes al contacto con la piel.
Otro látex con el que hay que tener precaución es con el que produce la higuera (Ficus carica), uno de los primeros árboles en ser domesticados. Este árbol mediterráneo típico elabora un látex blanco tóxico al contacto con la piel, malestar que se agrava cuando recibe la luz del sol.
Hoja de higuera © Arturo González
Alejándonos del látex encontramos la toxicidad de la ortiga (Urtica dioica), que posee pelos que actúan como jeringuillas que al mínimo roce con la piel inoculan un líquido que contiene ácido fórmico y que es el causante del escozor.
Ortiga © Andreas Rockstain
Un caso curioso es la hiedra venenosa (Toxicodendron radicans), capaz de mantener su toxicidad después de años muerta. Posee un compuesto oleoso llamado urushiol y que es el responsable de provocar la reacción alérgica. Incluso es peligroso inhalar el humo de la planta al arder.
Hiedra venenosa © James St. John
Conocida es también la toxicidad de la adelfa o laurel de indas (Nerium oleander), aunque para que afecte hay que ingerirla. Concentra, principalmente en raíces aunque también en tallos y hojas, una sustancia llamada oleandrina que es capaz de provocar serios problemas cardíacos.
Adelfa © Peter Stenzel
El jardín del veneno
Todas estas plantas tóxicas podrían encontrar su propio lugar en el jardín del veneno (Poison Garden), un espacio verde creado exclusivamente con vegetales venenosos, irritantes o alérgicos.
Entrada a Poison Garden © Jacqui
En realidad, hablamos de una zona dedicada a plantas tóxicas dentro de un jardín mayor y con siglos de historia ubicado en Alnwick (Inglaterra). Diseñado por los paisajistas belgas Jacques y Peter Wirtz en 1997, concibieron un jardín como un parque temático dedicado a la toxicidad vegetal, pero con la intención de que sirviera de interés para la divulgación científica.
Más de 100 especies tóxicas, algunas letales, se cultivan en este singular jardín. Entre ellas la belladona (Atropa belladonna), una de las plantas más peligrosas que existen, pues posee unas atractivas bayas de sabor algo dulce que son realmente venenosas.
Belladona © Michael Beer
Así mismo, encontraremos en Poision Garden a alguno de los 4 miembros del género Cicuta, todos ellos muy tóxicos por lo que hay que evitar su ingestión. Esta es una hierba de la familia Apiaceae a la que pertenecen ajos o apios por ejemplo, por lo que tienen en común la inflorescencia umbelífera.
Inflorescencia de cicuta © Breki74
Y como muchos miembros de las Solanaceas, la mandrágora contiene alcaloides que la convierte en planta venenosa. En especial sus raíces de forma antropomórfica, una característica que ha involucrado a esta planta en numerosos mitos y leyendas.
Mandrágora © Ken
Como vemos, las plantas tóxicas son más frecuentes de lo que nos pudiéramos imaginar. No solo en la naturaleza, en cuentos o en leyendas, sino también en jardines. Veneno vegetal, una peculiaridad de unas plantas que pueden ser hermosas y tóxicas a partes iguales.
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