Se que no es justo generalizar sobre las flores de verano. Por supuesto, hay muchas plantas que no se secan durante esta estación cuando llega su fin. Concretando, me refiero a aquellas hierbas anuales que sobresalen al margen de un camino y que, hablando de hacer justicia, no están exentas de cierta belleza. Claro que para observar la belleza natural de las flores secas tenemos que ir más allá, ampliar el concepto de jardín bonito que tenemos enterrado en nuestro subconsciente y aceptar que los espacios verdes se encuentran sumergidos en una dinámica constante de cambio.
Flores secas de Torilis arvensis © Jardines Que Me Gustan
Y es que las flores secas no suponen un fin, si no el comienzo de un nuevo ciclo, tanto vital como estacional, porque las flores secas son heraldo del final de la estación más calurosa, de que seguidamente vamos a pasar a otra estación más lluviosa y constituyente de un nuevo escenario paisajístico.
Pallenis spinosa © Jardines Que Me Gustan
Las plantas que se secaron darán lugar al verde de nuevas hierbas. Quizás diente de león (Taraxacum officinale), pues los vilanos transportan semillas que germinarán completando un nuevo ciclo para la vegetación de vida corta. También el suelo se cubrirá de oxalis (Oxalis pes-caprae), hierba que puede encontrar otra vez su lugar y espacio en otoño.
Cardo (Silybum marianum) © Jardines Que Me Gustan
Plantas anuales
Para que se complete este escenario, primero han debido emerger, desarrollarse y secarse otras plantas como el cardo (Silybum marianum) o la zanahoria silvestre (Daucus carota).
Zanahoria silvestre (Daucus carota) © Jardines Que Me Gustan
Las especies vegetales anuales son aquellas cuyo ciclo vital se completa en menos de un año. Hay plantas anuales con pocas semanas de vida, normalmente aquellas que se encuentran adaptadas a condiciones extremas como la sequía, y hay plantas anuales que pueden vivir varios meses.
La percepción que tenemos de continuidad de estas plantas se debe a que se reproducen rápidamente, dejando las semillas en el suelo, siendo este elemento vegetal el que resiste y permanece en latencia durante los momentos más desfavorables del año. Posteriormente, las semillas propiciaran el resurgir de estas hierbas cuando llega una oportunidad favorable para germinar.
Son los momentos de falta de agua, una vez producidas las semillas y echadas al suelo, que podemos contemplar la belleza de las flores secas marginales al borde de un camino, invisibles a nuestro ojo adiestrado para percibir intensos colores y ajenos al amarillo o el marrón.
Salvia spathacea © Jardines Que Me Gustan
Las plantas anuales no son un grupo vegetal exclusivo de la que forman parte “malas hierbas” y plantas de ruderal. También hay plantas anuales en jardinería y en agricultura, algunas lo son de manera natural y otras las obligamos a que se comporten de manera anual.
Las plantas anuales ornamentales se utilizan como plantas de cobertura. Es decir, las plantamos en una superficie, como un parterre, una rotonda o un alcorque, para que ocupen el espacio con su floración en determinadas épocas. Las hay anuales de invierno, como el ciclamen (Cyclamen persicum), y las hay de verano, como la gazania (Gazania rigens).
Algunas de estas plantas no se cultivan por su flor, si no por otro aspecto llamativo de la misma como ocurre con la col ornamental (Brassica oleracea) o la poinsetia (Euphorbia pulcherrima).
En cualquier caso, son plantas ornamentales que no permitimos que completen su ciclo. Antes de que marchiten las retiramos y no podemos contemplar sus tallos, hojas y flores secas, una belleza reservada únicamente para las plantas marginales que están creciendo al margen de un camino.
Vegetación seca al margen de un camino © Jardines Que Me Gustan
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