Hace
unas semanas me hicieron una consulta: “Mi
higuera tiene 40 años y ya no da frutos ¿Cuál pude ser la causa?”.
La respuesta corta es que los frutos suelen salir de ramas jóvenes y
hay que podar anualmente porque de las ramas viejas cada vez es menos
probable obtener frutos. Para entender esto tendremos que adentrarnos
en procesos botánicos que explican que ocurre dentro de una planta y
la importancia que tiene la renovación de parte de la vegetación.
Veamos que luz arroja la respuesta larga a la pregunta inicial.
Rama
de higuera
Y
para eso debemos empezar por decir que las yemas son órganos
complejos de las plantas. Meristemo vegetal, o lo que es lo mismo,
pequeñas zonas de la planta con células poco diferenciadas, prestas
a reproducirse en el momento adecuado para crecer en longitud, así
como, crear ramas u hojas nuevas y, por supuesto, obtener la
floración correspondiente a la especie vegetal.
Las
yemas tienen distintas formas de agruparse en función de diferentes
criterios, pero es curioso que independientemente del criterio
elegido siempre hay tres tipos. Nosotros vamos a centrarnos en el
criterio de la posición y para este caso tenemos yema terminal,
cuando la encontramos al final de una rama, yema adventicia, cuando
se encuentra en lugares poco usuales como el tronco o la raíces, y
yema axilar, la más frecuente y la que nos interesa a nosotros pues
es la que nos determina la floración primero y la fructificación
después.
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¿Qué
es una yema axilar o lateral? Se trata de un brote embrionario,
formado de tejido meristimático como hemos comentado antes, y que se
encuentra localizado en la axila de una hoja. Podemos afirmar que
cada una de estas yemas axilares es un brote en potencia, unas se
especializan en producir brotes vegetativos (tallos y ramas), y otras
en cambio se especializan en producir brotes reproductivos (flores).
Este
es el quid de la cuestión que planteamos al principio. Y es que una
vez formadas estas yemas axilares, que poseen la capacidad de brotar
en flores y por consiguiente obtener de ellas frutos, nos ofrecen dos
opciones: pueden brotar de inmediato o permanecer latentes durante un
tiempo.
Es
posible que tengamos en nuestra planta, con ramas envejecidas, yemas
axilares reproductivas que han permanecido latentes con la capacidad
de dar flores y frutos. Pero conforme hay más madera y se van
sucediendo los brotes reproductivos que se van agotando, ira
disminuyendo paulatinamente la fructificación. Al podar un árbol
frutal, estamos favoreciendo el rejuvenecimiento de la parte aérea,
de manera que siempre tendremos yemas axilares preparadas para
realizar su función reproductiva.
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