Hypnos, Nyx y Thanatos eran considerados la personificación del sueño, la noche y la muerte respectivamente en la Gracia Clásica, una cultura que representaba a éstas deidades asociadas a la amapola. Y es que hablamos de una flor ornamental que nos acompaña en jardinería desde hace miles de años.
Amapolas creciendo entre el pavimento © XoMEoX
Tal es así que el botánico Dioscórides realizó la descripción taxonómica de varias especies, incluyendo la que denominó amapola ornamental o de jardín. También hizo descripción de especies con un uso medicinal pues es bien conocido que las semillas de amapola poseen un látex del que se extraen compuestos químicos sedantes. Esta característica es más pronunciada en especies concretas.
Sin embargo, es el valor ornamental de la amapola el que siempre ha destacado en jardinería. Una hierba frecuente como planta espontánea que posee pétalos de color rojo, rosa, anaranjado, amarillo o purpura rodeando numerosos estambres.
La amapola lleva acompañándonos en jardinería desde tiempos remotos © Alma Csutka
La especie más conocida en agronomía es Papaver roheas porque es considera una “mala hierba”. Es una especie herbácea anual que crece al margen de caminos en zonas climáticas influenciadas por el Mediterráneo. Las flores son de color rojo o naranja llamativo.
Papaver roheas © Bernard Ruelle
Otra amapola típica de la región mediterránea es Papaver setigerum, una planta que puede llegar a crecer hasta 60 centímetros y cuyas flores presentan tonalidades purpuras. La floración se produce de mayo a junio.
Papaver setigerum © Ettore Balocchi
También es una especie muy hermosa Papaver alpinum, amapola cuyo origen se encuentra en los Alpes, aunque posee subespecies que amplían este territorio. Además de color variado, la flor de amapola alpina es fragante.
Papaver alpinum © Gertjan van Noord
Y es curiosa la amapola rugosa (Papaver hybridum), pues sus pétalos de color rojo muy intenso presentan un aspecto como arrugado. Es una planta espontánea de la cual se espera que influenciada por el calentamiento global amplíe su hábitat natural.
Papaver hybridum © Tom Christensen
Sin salir de la misma zona climática pero si en la otro lugar del mundo encontramos Papaver californicum que como su propio nombre indica procede del oeste de Estados Unidos. Es conocida como amapola de fuego debido al enérgico color naranja de sus pétalos.
Papaver californicum © Carrizo Photo
Espacios verdes y praderas de amapolas
Éstas son solo algunas de las especies del género Papaver que podemos encontrar en la naturaleza, así como, las praderas que forman asociadas a otras flores silvestres. Las cuales, no se hayan tan lejanas como pudiéramos imaginar.
Tal es la pasión que aglutina la flor de la amapola, que existe un tipo de turismo que se acerca al campo y disfruta de estas praderas que se tiñen de rojo, naranja y amarillo al llegar la primavera. Un espectáculo natural impresionante que atrae a muchos viajeros y fotógrafos.
Pradera de amapola © Giorgio Raffaelli
La mejor época para visitar estos campos es durante la primavera, generalmente de abril a junio, dependiendo de la altitud y las condiciones climáticas. Es importante respetar el ecosistema, evitando aplastar flores y, por supuesto, arrancarlas.
Los mejores momentos para hacer fotografías suele ser temprano por la mañana o al final de la tarde, cuando la luz en más suave y dorada.
Amanecer en campo de amapolas © Sascha Kohlmann
El turismo relacionado con las praderas de amapolas no solo ofrece una experiencia visualmente atractiva, sino que también contribuye a dar valor a estos espacios verdes naturales.
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