Siempre he considerado que el reflejo del sol en el agua de un estanque tiene un poder hipnótico increíble. No es difícil encontrarme al margen de una lámina de agua embelesado contemplando esta zona en un jardín, en especial aquellas que han sido diseñadas en un estilo natural y donde la vegetación lacustre crece libre dejándonos estampas de lo más paisajísticas.
Sol reflejado en el agua de un estanque © Jardines Que Me Gustan
Las plantas lacustres son de enorme importancia para crear y desarrollar un entorno natural, pues se encargan de oxigenar y filtrar partículas en suspensión apreciándose a simple vista por la transparencia del agua del estanque. Un efecto beneficioso en un ecosistema acuático que propicia la presencia de una rica y variada fauna.
Nenúfar © Jardines Que Me Gustan
Papiro es una acuática emergente © Forest and Kim Starr
Es por ello que muchos jardines botánicos poseen su propio estanque donde se cultivan plantas lacustres para el estudio, investigación y divulgación de las cualidades que tienen estas especies vegetales. Características que pueden extrapolarse al jardín de ocio donde, además de las mejoras ambientales comentadas, proporcionan un incremento del valor ornamental del espacio verde.
Los jardines botánicos estudian las plantas acuáticas © Jardines Que Me Gustan
Un ejemplo lo tenemos en el Jardín Botánico de Madrid. Inaugurado en el año 2015, el estanque llamado coloquialmente “la charca”, nos trae una muestra de la diversidad de especies vegetales que habitan los humedales de agua dulce en la península ibérica. La idea es crear un espacio acuático donde puedan vivir los tres tipos de plantas acuáticas: sumergidas, flotantes y marginales o emergentes, así como, entender su dinámica para poder conservarlas mejor.
“Charca” del Jardín Botánico de Madrid © Jardines Que Me Gustan
Otro ejemplo de jardín de plantas acuáticas, además con una evolución interesante, es el jardín paisajista natural para plantas acuáticas y pantanosas del Jardín Botánico de Berlín. Se construyó una recreación de marismas constituido por 262 estanques de hormigón con un circuito donde actuaban escanciadores de agua y un desagüe para las mismas. Incluso en algunos de estos estanques se calentaba agua para poder albergar la flora tropical. Con el paso del tiempo se creó, adyacente a este entramado de estanques, un lago artificial y la colección de especies lacustres pasaron a este nuevo espacio más simple. En la actualidad, los antiguos estanques albergan una colección de hierbas silvestres enriqueciendo el biotopo formado por el conjunto de estanques antiguos y lago artificial.
Jardín paisajista natural del Botánico de Berlín © Jardín Botánico
Qué decir del Jardín Botánico de Kew. Ubicado en Inglaterra, es una institución donde el conocimiento vegetal y su posterior divulgación lleva despertando el interés de personas amantes de las curiosidades botánicas desde hace muchos años. Uno de los enclaves distinguido en este jardín botánico es la casa de los nenúfares. Y es que en 1852 se terminó de construir un pequeño invernadero para proteger un estanque circular de más de 10 metros de diámetro repleto de plantas acuáticas y especies tropicales. Pero sin duda, son los nenúfares los grandes protagonistas en este espacio verde, destacando el nenúfar gigante Victoria amazonica.
Casa de los nenúfares de los jardines de Kew © Kotomi Jewelry
No todo es conocimiento botánico en lo que a las plantas acuáticas se refiere, pues muchos jardines con un fin más lúdico han aprovechado el enorme valor ornamental que supone un estanque paisajístico.
¿Quién no recuerda el lago del jardín de Monet en Giverny? El propio maestro del Impresionismo inmortalizó en su obra pictórica el lago artificial que con tanto esmero creó y donde flotaban esporádicamente las hojas de nenúfares, retratando al margen, la silueta del sauce.
Lago artificial en Giverny © Ho visto Nina Volare
En este artículo hemos visto que durante siglos los jardines botánicos han estudiado y difundido el conocimiento sobre plantas lacustres. Una vegetación que entre esas características incluye su enorme valor ornamental y del que se han enriquecido otros jardines ideados más allá de lo puramente científico.
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